El pasado jueves y viernes, 23 y 24 de febrero, tuvimos en nuestra iglesia nuestro seminario anual de matrimonios. Este es un seminario que mi esposa y yo le damos a las parejas matrimoniales de nuestra iglesia cada año. ¡Tuvimos 28 parejas asistiendo este año! Tuvimos varias sesiones con una de ellas dividida para que yo les pudiera hablar a los hombres solo mientras mi esposa le hablaba a las damas sola. Es siempre refrescante para todas nuestras parejas las enseñanzas que ellos reciben durante este seminario. (¡Es refrescante para mi esposa y para mí preparar las lecciones y enseñarlas, si puedo añadir!) Siempre recibo notas y textos de parte de nuestras parejas dejándome saber el aprecio que ellos sienten por nosotros tomar el tiempo para hacer esto. Además nos da la oportunidad para pasar tiempo con nuestras parejas solos lo cual a veces es difícil por cause de nuestras agendas ocupadas. Luego el sábado en la noche cerramos el seminario con una cena de parejas. Este año por causa de la economía decidimos en vez de ir a un salón de banquete de un hotel lujoso ir a un restaurante en el área y mantenerlo semiformal. Como quiera tuvimos un buen tiempo de compañerismo y una gran cena más sin duda toda la risa que disfrutamos en el tiempo de los juegos con ellos. Yo alabo al Señor por la oportunidad que El me ha dado para pastorear a mi gente. No soy merecedor de este honor y considero un gozo ser su Pastor. Quiero tomar esta oportunidad para agradecerle a mi amada esposa por ser fiel a mí por más de 25 años y por apoyarme y a mi ministerio en todo. Ella ha estado a mi lado en los altos y bajos y no lo hubiese podido hacer sin ella. ¡Gracias, mi amor, por amarme y por ser fiel!
